"'Tú eras el palomo y yo la máquina' es sólo otra forma de decir:'Mis plumas son mi última barrera, sé mi engranaje. Suéñame, tú que sueñas.'"
Por:Uracilo Jung
“Sincronía / Ageografía”
Lejos del planeta,
los cabellos de mi madre disfrazados de cometas indelebles
los muros que fallaron mi partida
el viaje que emprendieron los soldados muertos
Próximo al ocaso,
al objeto fuerte y lento que escindía los cañones
al reloj invertebrado, con sus simples melodías:
cobre, hielo y tigre diagonal
Lejos del planeta que oxidaron mis entierros
queríamos ser luz finita y agotaban nuestra planicie
queríamos cortar los ríos como fieras misteriosas y olvidar nuestra sangre
tú eras el palomo y yo la máquina
Próximo al ocaso de Grecia
mi columna gris inseminada por Romanos
tus senos de mármol como la pirámide Solar en el centro del pantano
nuestros intentos de noche fueron agotados,
“¿Salamandra?”, preguntaban los hijos de Abraham
“Salamandra”, respondía Moctezuma
desnudo en los hielos de la Antartida
sus testículos de oro penetraban mis rodillas
su mariposa de fuego viajaba eternamente por los bosques de Pangea
su rostro se fijaba en el calendario infinito que la madre del cometa
“Postulado Del Reno Políglota”
Constituyendo entonces los aerolitos recién impresos,
se unen ambas estacas por materia que sale de su cuerpo
envuelto en hojas de aeroplano
flota verticalmente y se hunde a gran altitud
De modo que despierten los línces de fuego
excepto cuando la posesión de armas NUCLEARES es absoluta
no admitían ni cuerpos, ni lugar, ni vacío
tal como el transcurso de un acto roto
Tiempo débil
de metal
(armazón que cubre la mayor parte del globo)
Tumor blando
de metal extraño
o combinado con diferentes batallas
[Arácnido con traqueas comestibles
Acumulador con dificultades extrapolares]
Las abejas forman desembocaduras negras
sin cambiar de naturaleza
(de manera poética)
En algunos puntos de un líquido o células sexuales,
un cadáver
“Esfera, O Cambio Nocturno”
El relato de un hombre sin aves,
recorría las luciérnagas que lo acecharon
fertilizaba la tierra con su cáncer de hielo.
Jamás encontraron su cuerpo
Jamás encontraron su cuerpo de anfibio
sus ojos lunares que reclamaron la noche
sus huesos ligeros y falsos, sus manos de tungsteno
un hombre cercano al agua y al circo
Al círculo eterno que dividió su corteza
lo ausente, lo fértil
Jamás encontraron su cuerpo cansado
jamás hallaron el desierto bajo su escápula y élitro
El relato de un hombre sin dunas
recorría los desiertos de la madre de su esfinge
reclamaba las vertientes de sus venas
enterraba el producto de su sangre, las moléculas blancas
Jamás encontraron sus verdades,
o el pato que las clamaba